Monday, October 6, 2008

El Otro

A menudo, tengo la sospecha de que he estado siempre vivo. No me preguntes cómo lo sé, porque ahora no recuerdo todos los detalles. Lo que sí puedo decirte es que he ocupado varios cuerpos; pero como están hechos de materia, se estropean tan fácilmente...

Recuerdo guerras interminables, mucha sangre vertida, un par de rostros conocidos, largos periodos de silencio y vacio, mucho frio y hambre. En otro momento, recuerdo manchas curiosas cubriéndome el cuerpo, miles de gritos y llantos, seguidos por un calor terrible, más silencio y oscuridad, luego mucha luz y también una música a todo volumen. Entonces, la letanía se repite casi exactamente como mil veces...

Ahora, comparto el mismo cuerpo con este hombre. Él casi muere hace algún tiempo; pero alguien decidió que aún no era su hora y lo mandó de vuelta a la vida. Ya yo habia llegado y como entonces no podia irme, lo ayudé a recuperar el uso de nuestro dominio. Pero estoy esperando una segunda oportunidad...

Su Propio Espacio

Sentado en su habitación, con los ojos cerrados y las manos reposando sobre el vientre, el anciano repite una y otra vez cierta frase que solamente él conoce. Entonces, desaparece todo lo que le rodea y se abre una estancia bastante similar a la anterior. Pero en este nuevo lugar, las paredes laterales están cubiertas por estantes con libros y en la tercera, hay un enorme cofre de madera. El mueble permanece abierto, pues el hombre sabe que nadie le robará lo que allí guarda. Se acerca a él y mira adentro. Allí lo espera su vieja espada, la fiel compañera de su lejana juventud. Ah, cuántos recuerdos vienen a su mente...


Ahora escucha que lo llaman y siente que debe marcharse. Abre los ojos y frente a él hay un joven, con una pequeña bandeja en la mano:


_ " Señor Gonzalez, ya es la hora de su medicina ".

Friday, October 3, 2008

El Visitante

Despertó cuando algo áspero y húmedo rozaba insistentemente su mejilla derecha. Estaba tendido a la orilla de aquella playa. Frente a él habia un gran perro gris y de abundante pelaje, aunque parecia bastante flaco. El perro lo miraba con atención y al verlo despertar, comenzó a dar grandes saltos y grititos de alegría.

El hombre se incorporó un poco y le dijo entonces al perro: ”Hola amigo. Gracias por la bienvenida”. Pero el animalito sólo movió su cabeza, como quien no entendiende, cuando le hablan en una lengua diferente de la que reconoce.

El visitante terminó de ponerse en pie y acercándose a la boca, el dorado medallón que pendia de su cuello, dijo brevemente: “Ya estoy aquí. Espero nuevas instrucciones”. La medalla resplandeció entonces y se escuchó otra voz que dijo “Comprendido”.

Monday, July 7, 2008

Maldito Invierno

... Se estaba quedando solo y él lo sabia. Sus familiares habian ido muriendo, despacio al principio; pero cuando el invierno arreció, pocos pudieron soportarlo. Ahora solamente habia un pequeño grupo en su antes numerosa familia y de seguro, lo mismo ocurria en otros lugares del pais.


No era una visión nada placentera la de ver cuerpos helados y casi momificados, unos vestidos por completo y otros a medio vestir o totalmente desnudos; pues sus ropas habian sido tomadas por los familiares que aún vivian.

Recordó el momento cuando murieron sus padres y cómo los acostaron en sus heladas camas, sin otro abrigo que las pocas ropas que les servian de mortaja y cómo después, él mismo cerró con llave la puerta de aquella habitación.


Así mismo fueron haciendo cada vez que moria alguien en la casa, hasta que todas las habitaciones quedaron clausuradas. Luego, alguien tuvo la idea de usar el sótano para albergar los cadáveres; pero como alli no habia camas ni mesas, no tenian otra opción que depositarlos en el duro suelo...



Esto leyó Anselmo en un amarillento cuaderno, donde alguien contaba de sus experiencias, durante la más reciente Pequeña Era De Hielo, donde la temperatura del planeta sufrió severos cambios, haciendo que todas las estaciones se convirtieran en un único invierno y a medida que iba leyendo, Anselmo asentia muy lentamente, pues en esos dias sucedia algo muy similar y la gente moria por montones, debido al cruel invierno que los mordia a cada minuto, sus propios padres habian fallecido, la comida casi se terminaba y el combustible era cada vez más escaso.


Entonces, el hombre levantó la mirada y le pareció descubrir un cierto brillo culpable en los ojos de sus compañeros.

Thursday, January 17, 2008

¿Casualidad?

Esta mañana, mientras revisaba mi buzón de correo, encontré un mensaje que llamó mi atención: era un sobre de carta corriente, mas no habia remitente ni destinatario. Al abrirlo, sólo encuentré un papel blanco con la palabra AHORA, escrita en grandes letras negras.

Y eso me hizo pensar: ¿será que el mensaje iba destinado a otra persona; pero fue dejado delante de mi puerta, por error o es que pertenezco a alguna orgazación secreta, de la que nunca escuché antes?.

Yo no he solicitado nada últimamente y sinceramente, no sé qué carajo significa el mensaje; pero asusta.

Manuscrito Aún No Clasificado

Sintiendo que el mareo le nubla bastante la vista, el hombre hace un tremendo esfuerzo y escribe. No conoce las palabras que salen de su pluma, ni nunca antes las ha encontrado en sus numerosos estudios; pero esta vez, actua como si le fueran familiares y raramente levanta la pluma del cuaderno. A veces, junto a las palabras, coloca pequeños diseños y en otros casos, los dibujos son realmente enormes y ocupan casi toda una página...



¿Cómo supo el desconocido del fuerte dolor, que siente a veces en el pecho, cuando ni siquiera a su asistente se lo ha confiado?.... Es curioso - se dijo a si mismo - se lo preguntaré la próxima vez que lo vea...



2



-¿Le sucede algo, Señor Doctor?.

- Estoy bien, Adela. Gracias.

- ¡Qué bueno!, porque cuando regresé del mercado, me pareció escuchar ruidos extraños, que venian de su habitación...



3



Fatigado y hambriento, el hombre escribe la última palabra de la historia y cierra el cuaderno; pero no firma con su nombre, porque prometió al desconocido nunca revelar el secreto. Si alguna vez, alguien le menciona el manuscrito, responderá que llegó a sus manos a través de un exótico familiar ya fallecido...

Con un toque de luz

Maese Leonardo Da Vinci observa con detenimiento la enorme pared en blanco, del nuevo refectorio que se construye en el convento de Santa Maria de La Gracia, a pocos metros del castillo de Los Sforza.

Hace unos dias, El Duque de Milán decidió convertir la iglesia, en el lugar en que reposarán los restos de su familia y comisionó al maestro Leonardo, para que pintase en una de sus paredes, la escena donde Jesús de Nazareth se reunió a comer con sus discipulos, la noche antes de la Pascua Judia, episodio que hoy conocemos como La Santa Cena. El mismo tema ha sido usado por otros pintores de la época; pero Leonardo confia tanto en si mismo, que está seguro que producirá algo diferente.

El Maestro observa la pared con ojos de experto y poco a poco, dibuja en su mente cada uno de los personajes, que incluirá en la pintura. Posiblemente, no le gusta mucho el tema que le fue asignado; pero sabe que esta vez debe cumplir la orden del Moro, aunque si pone un par de mensajes ocultos dentro de la obra, de seguro pasarán inadvertidos y solamente quien conozca de su presencia, los podrá ver.

2


Mucho tiempo después, un grupo de estudiosos analiza cómo restaurar la colosal pintura que el Maestro Leonardo dejó en aquella pared.

Aunque hay grandes manchas de humedad, que dificultan mucho ver la escena alli reflejada por el artista, aún puede apreciarse grandes trozos de esta y la genialidad de la obra maravilla a todos.

A un lado del grupo de científicos, hay una gran mesa de madera inclinada, donde han dejado los dibujos que usaron para reproducir mecánicamente la obra.

Entonces, sucede algo que nadie pensó: un minúsculo rayo de sol entra por una de las ventanas y acaricia un fragmento del dibujo original; pero también ilumina parte de una de las reproducciones, que por accidente fue colocada mirando hacia el cuadro. Esto sólo sucede unos segundos, pues alguien mueve luego la mesa y la luz es desviada hacia otro sitio; pero es lo suficiente para que uno de los ingenieros se quede pensando en lo que cree haber visto.