Monday, October 6, 2008

Su Propio Espacio

Sentado en su habitación, con los ojos cerrados y las manos reposando sobre el vientre, el anciano repite una y otra vez cierta frase que solamente él conoce. Entonces, desaparece todo lo que le rodea y se abre una estancia bastante similar a la anterior. Pero en este nuevo lugar, las paredes laterales están cubiertas por estantes con libros y en la tercera, hay un enorme cofre de madera. El mueble permanece abierto, pues el hombre sabe que nadie le robará lo que allí guarda. Se acerca a él y mira adentro. Allí lo espera su vieja espada, la fiel compañera de su lejana juventud. Ah, cuántos recuerdos vienen a su mente...


Ahora escucha que lo llaman y siente que debe marcharse. Abre los ojos y frente a él hay un joven, con una pequeña bandeja en la mano:


_ " Señor Gonzalez, ya es la hora de su medicina ".