Se acostó temprano esa noche, pues al dia siguiente debería madrugar, para poder terminar todas sus tareas a tiempo. Trató de poner su mente en blanco y lentamente, se relajó para que el sueño llegara pronto.
Finalmente, se durmió. Pero no pasó mucho tiempo, cuando despertó sobresaltado y con un profundo dolor en su rostro.
Sentía como si alguien lo estuviera hiriendo en el ojo izquierdo, hundiéndole con fuerza, un objeto muy caliente. Con su otro ojo, miró a su alrededor; pero no se veía nadie, ni se escuchaba sonido alguno, mas el dolor continuaba mordiéndolo sin piedad. Intentó incorporarse; pero no pudo, porque su cuerpo estaba como paralizado en aquella posición.
De pronto, dejó de sentir aquel dolor y pudo volver a dormirse, sin nunca saber que en una dimensión no lejana, su doble acababa de morir, a causa de las crueles torturas que habia sufrido minutos antes.
